Por Qué Ellos las Quieren Guapas y Ellas los Quieren Ricos
¿Por qué elegimos pareja como lo hacemos? La biología importa más de lo que muchos queremos admitir. Te explico la ciencia detrás.
¡Feliz Domingo!
Justo acabo de terminarme un libro que me ha encantado por ir totalmente en contra del “constructivismo social”, un concepto que me pone los pelos de punta.
Te cuento.
Hoy en día está muy en boga decir que todas las diferencias de genero son “constructos sociales”.
Que una niña o un niño se comporta como tal porque lo han educado de una manera concreta y que sin esta “imposición social” todos seríamos libres y únicos y no se cuantas tonterías más.
Ya ves que no estoy muy a favor de esta idea 😂.
Como doctor en biología molecular te aseguro que la biología tiene un papel fundamental en determinar quienes somos y como nos comportamos.
El libro en concreto se llama “La Evolución del Deseo” del Dr. David M. Buss y nos cuenta la “teoría evolutiva de la psicología del apareamiento”.
Un nombre poco sexy, lo se. Pero la idea de detrás es demoledora: la evolución ha hecho que hombres y mujeres busquen cosas diferentes en sus parejas y estas diferencias están detrás de todo nuestro comportamiento sexual.
Te lo explico bien:
A lo largo de la historia de la humanidad, las mujeres y los hombres hemos tenido diferentes incentivos y problemas en lo que se refiere a la reproducción.
Las mujeres asumían un coste reproductivo masivo. ¡El más grande de todos los animales que nunca han existido!
Nueve meses de gestación, un riesgo de muerte en el parto altísimo, años de lactancia, más años de crianza.
Su mayor incentivo era, por lo tanto, buscar una pareja que aportara recursos para poder criar a los hijos.
Los hombres, por otro lado, tenían un coste de reproducción ridículo. Pero, por otro lado no tenían la certeza de la paternidad.
Algunos hombres optaban por la estrategia de los números. Un claro ejemplo es el caso de Gengis Khan, que se estima que tiene unos 16 millones de descendientes fruto de sus violaciones masivas.1
Pero esta estrategia tenía el grave problema: ni a las mujeres ni a los otros hombres les gusta y, la mayoría que intentaba algo al estilo Gengis Kahn terminaba con la cabeza cortada.
La solución más común era la de formar una familia en la que hombre y mujer pactaban fidelidad aportaban los recursos para criar a sus descendientes.
Esta era una buena solución: las mujeres se aseguran los recursos, los hombres la paternidad, y los dos se centran en la supervivencia de sus descendientes.
Pero aquí viene el quid de la cuestión.
Los incentivos que tienen hombres y mujeres para encontrar pareja son distintos.
Cómo hemos dicho, las mujeres buscan hombres que aporten recursos. Esto, históricamente, ha ido asociado al estatus social.
Hombre con más estatus → aporta más recursos
Por otro lado, el incentivo del hombre es encontrar una mujer fértil que le garantice descendencia.
¿Y cuáles son los mejores indicadores de fertilidad?
Salud, juventud y belleza → más fertilidad2
Se que esta idea incomodará a muchos. Pero así es la realidad.
Las mujeres tienden a fijarse en personas que tengan un status igual o superior al suyo. Esto sucede tanto en relaciones heterosexuales como homosexuales.
Por otro lado, los hombres tienen menos prejuicios si la mujer tiene menos estatus que ellos, pero les importa más su apariencia.
Lo fascinante del caso es que las reglas del juego evolutivo han cambiado radicalmente.
Hoy en día la mayoría de mujeres ya no necesitan de los recursos de los hombres para que sus hijos sobrevivan.
De la misma manera, los hombres en general no buscan una mujer hiperfértil que les dé 20 hijos.
Pero continuamos con los mismos sesgos cognitivos que nos fueron útiles hace 10.000 años.
Por eso es tan importante entender cómo funciona nuestra mente.
Para tener más consciencia de cómo tomamos las decisiones. Para que los instintos jueguen a nuestro favor y no en nuestra contra.
Porque cuando comprendes por qué sientes lo que sientes, puedes decidir conscientemente si actuar según esos impulsos... o elegir algo diferente.
¡Hasta la próxima!
PD: ¿Te ha incomodado lo que te he contado hoy? Dime tu opinión, me encantará conocerla.
Zerjal, T., Xue, Y., Bertorelle, G., Wells, R. S., Bao, W., Zhu, S., Qamar, R., Ayub, Q., Mohyuddin, A., Fu, S., Li, P., Yuldasheva, N., Ruzibakiev, R., Xu, J., Shu, Q., Du, R., Yang, H., Hurles, M. E., Robinson, E., Gerelsaikhan, T., Dashnyam, B., Mehdi, S. Q., & Tyler-Smith, C. (2003). The genetic legacy of the Mongols. American Journal of Human Genetics, 72(3), 717–721. https://doi.org/10.1086/367774
Law Smith, M. J., Perrett, D. I., Jones, B. C., et al. (2006). Facial appearance is a cue to oestrogen levels in women. Proceedings of the Royal Society B, 273(1583), 135–140. https://doi.org/10.1098/rspb.2005.3296


