Por Qué Tu Cerebro Necesita Más Sol (y Ejercicio)

Descubre cómo la vitamina D reduce el riesgo de Alzheimer en un 40%. El 80% de españoles tienen déficit y es fácilmente evitable. ¡Descubre cómo!

¿Sabías que existe una sola sustancia mágica que puede reducir tu riesgo de Alzheimer en un 40%, mantener tus músculos fuertes, preservar tu salud ósea y que, para colmo, es gratuita?

¡Hoy vamos a hablar de la archiconocida Vitamina D!

Si eres nuevo en este tema te recomiendo que empieces por el artículo que escribí hace un par de años. Allí aprenderás cómo la exposición solar influye en tu salud.

Pero desde entonces muchos estudios nuevos han revolucionado nuestro entendimiento sobre los efectos de esta vitamina, revelando que no solo es crucial para nuestros huesos, sino que controla la expresión de más de 2.000 genes, muchos de ellos en el cerebro.

Lo triste del caso es que esta vitamina esencial y gratuita brilla por su ausencia.

En España, el país del sol eterno, 4 de cada 10 habitantes menores de 65 años y 8 de cada 10 mayores de 65 tienen insuficiencia de vitamina D.¹ En Latinoamérica la situación es igualmente alarmante: en Colombia el 70% de las mujeres presentan déficit, en México hasta el 86% de la población tiene niveles insuficientes, y en Argentina la deficiencia alcanza el 87% en las zonas del sur del país.

¿Cómo es posible que en regiones bañadas por el sol tengamos este problema masivo? Y más importante aún: ¿qué podemos hacer al respecto?

El resultado de la demonización del sol

La vitamina D no es realmente una vitamina. Es más bien, una prohormona esteroidea que actúa como director de orquesta de procesos fundamentales en nuestro organismo.

Su deficiencia no es solo una molestia menor. Cuando tus niveles están por debajo de lo óptimo, tu cuerpo entra en modo de supervivencia:

• Los músculos se debilitan.

• El sistema inmunitario se entorpece

• Tu cerebro comienza un proceso silencioso de deterioro

Y la gran pregunta es

¿Por qué tanta gente tiene déficit si vivimos en países soleados?

Hay varias razones.

Para empezar, en pocas generaciones, hemos pasado de vivir al aire libre a estar en el interior de edificios el 90% del tiempo. Además nos han hecho temer el sol y nos embadurnamos con cremas que, a parte de ser disruptores endocrinos, bloquean los rayos UVB necesarios para producir vitamina D.

• Una crema con factor de protección solar superior a 8 reduce la producción de vitamina D en un 95%,

• Uno superior a 15 la bloquea en un 98%.

Añade a esto que la mayoría de España está por encima del paralelo 35º norte, donde la síntesis de vitamina D es escasa en invierno y primavera. En Madrid, por ejemplo, durante los meses de invierno no llega suficiente radiación UVB para generar la síntesis de vitamina D.²

Pero el sol no es el único culpable.

👉🏼 La obesidad duplica el riesgo de deficiencia de vitamina D

La vitamina D es liposoluble y se almacena en el tejido graso, donde queda "secuestrada", menos disponible para nuestro organismo.

Otro factor importante es la pigmentación de la piel. Las personas con piel más oscura necesitan hasta 10 veces más exposición solar para producir la misma cantidad de vitamina D.

Y hay un último factor esencial que determina el dramático déficit de vitamina D que tenemos. Pero este te lo cuento más abajo.

Proceso de síntesis de la Vitamina D

Vayamos ahora a por el primer artículo que me ha hecho escribir este artículo

Tu cerebro está en jaque

Un estudio masivo que siguió a más de 12.000 adultos durante una década ha demostrado algo extraordinario:³

👉🏼 Las personas que se suplementaban con vitamina D tenían un 40% menos riesgo de desarrollar demencia.

Puedes leer el artículo aquí, pero si quieres ahorrártelo te dejo el resumen.

Los científicos autores de este estudio siguieron durante 10 años a 12.388 personas mayores (71.2 años de media) libres de demencia, todos parte de un extenso registro médico estadounidense.

Para el análisis se dividió a los participantes en dos grupos:

• 4.637 personas que reportaron suplementarse con vitamina D en cualquier forma (ya fuera combinada con calcio, vitamina D2 o vitamina D3) y

• 7.751 personas que no se suplementaban con Vitamina D.

Metodología de selección de los participantes

Los resultados fueron dramáticos.

• Durante el período de seguimiento de 10 años, el 26% de los participantes que nunca usaron vitamina D desarrollaron demencia

• Comparado con solo un 14% de aquellos que sí la suplementaron.

👉🏼 Esto se traduce en una reducción del 40% en el riesgo de desarrollar demencia.

Otro dato súper interesante del estudio es que la vitamina D proporcionó protección significativa incluso en personas que empezaron el estudio con deterioro cognitivo (una condición que aumenta dramáticamente el riesgo de demencia). Y lo mismo ocurrió con los portadores de la variante genética APOE e4, conocida como uno de los factores de riesgo más potentes para el Alzheimer.

¿Cómo protege la vitamina D a nuestro cerebro?

Los mecanismos son múltiples y elegantes.

• Ayuda a eliminar las placas de beta-amiloide, una de las características distintivas del Alzheimer.

• También reduce la hiperfosforilación de la proteína tau, otro sello distintivo de la enfermedad.

• Además, aumenta la producción del factor neurotrófico derivado de células gliales (GDNF), una proteína cerebral que ayuda a las neuronas a sobrevivir y regenerarse.

Es cierto que este tipo de estudios peca del eterno problema del “sujeto saludable”. En particular hay un dato revelador: el grupo que tomaba vitamina D tenía más educación, menos depresión, mejor cognición inicial y más mujeres (que cuidan proactivamente su salud más que los hombres). Tampoco se controló por nivel socioeconómico, otros suplementos, estilo de vida, ejercicio, dieta, exposición solar.

Pero ya te hago yo este control: Tomar un suplemento de vitamina D es un indicador de que te cuidas más. Seguramente esa gente tomaba otros suplementos, seguía dietas más saludables y hacía más actividad física.

¿Significa esto que debemos descartar una reducción del 40% en riesgo de demencia?

No.

👉🏼 En los estudios observacionales a largo plazo, el sesgo del usuario saludable es prácticamente inevitable.

Mientras esperamos ensayos controlados que tomarían décadas y recursos masivos, tenemos que tomar decisiones con la evidencia disponible y aquí es donde el sentido común entran en juego.

• Los mecanismos biológicos son sólidos,

• Los números siguen siendo impresionantes incluso después de rigurosos ajustes estadísticos

• La vitamina D tiene un perfil de seguridad excelente con décadas de uso documentado.

La señal que nos da este estudio es lo suficientemente potente como para justificar que tomemos acciones para tener niveles adecuados de Vitamina D, especialmente considerando la alta prevalencia de deficiencia y el bajo riesgo de la intervención.

Y aquí es donde entra el segundo artículo que te mencionaré hoy y que es la parte verdaderamente revolucionaria.

Un nuevo estudio ha descubierto algo que cambia completamente nuestra comprensión de cómo mantener niveles óptimos de vitamina D.

Y aquí viene la noticia importante.

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