Identifico esa "Prisión de Terciopelo", desde hace años... Para mí familia, hace 50 años, yo era un niño privilegiado y me consideraban de porcelana. Eso me hizo rebelarme contra la vida fácil...
Veo que hoy la sociedad quiere vivir con la máxima comodidad posible y eso me chirría.
Yo no tengo, deliberadamente, aire acondicionado en casa... rara vez lo pongo en el coche y, cuando llego a un hotel, lo primero que hago es desconectarlo. Desde luego, no tengo ni Google Maps en el el movil.
Me gusta esta iniciativa... no lo veo como una competición pero me hace sentirme identificado de estar en el camino correcto. Tal vez sea vanidad pero, si nuestros abuelos sobrevivieron en condiciones tecnológicas bajas; me divierte intentar replicar su entorno sabiendo que siempre tenemos a mano la red de seguridad de la tecnología....
Muy de acuerdo, Armando. Creo que lo interesante es utilizar la tecnología como complemento, no como sustituto. Reservarla para cuando aporta un valor añadido para evitar depender innecesariamente de ella.
Una pequeña incomodidad que practico es la de ir a hacer la compra sin coche. Andando y con el carrito de la compra, con un par de cuestas hasta llegar al súper, no importa que sea verano o invierno, saludos!
Mi pequeña incomodidad diaria empieza al levantarme: doy un paseo básico por la casa abriendo ventanas, recogiendo cosas, ordenando un poco, unos minutos de agradecimiento consciente (si no estoy muy consciente, vuelvo atrás y empiezo hasta que lo sienta en el cuerpo, no sólo en la cabeza). Y hacer mi tabla mezcla de ejercicios físicos y energéticos de chikung antes de desayunar. En total más menos una hora de espera antes de degustar el placer de un desayuno sano. ¡¡Nunca había desayunado tan a gusto!!
He pensado por años algo similar. Me hace ruido que evitemos sudar, sangrar, ensuciarnos, como que no es natural. Normalmente hago pequeñas actividades de "incomodidad" pero que en realidad me gustan. Por ejemplo, luego de ir a dejar a mi hija al colegio, devuelvo el auto a mi casa y camino al trabajo, todos los días. Saludos desde Chile!
Muy de acuerdo con este post. La obsesión moderna por el control y la comodidad nos empuja a diseñar edificios y ciudades que nos independizan de la naturaleza. Esto elimina la volatilidad y la incertidumbre de nuestras vidas y, en consecuencia, reduce nuestro rango de confort. El resultado es un ser humano más exigente, pero no más feliz.
Identifico esa "Prisión de Terciopelo", desde hace años... Para mí familia, hace 50 años, yo era un niño privilegiado y me consideraban de porcelana. Eso me hizo rebelarme contra la vida fácil...
Veo que hoy la sociedad quiere vivir con la máxima comodidad posible y eso me chirría.
Yo no tengo, deliberadamente, aire acondicionado en casa... rara vez lo pongo en el coche y, cuando llego a un hotel, lo primero que hago es desconectarlo. Desde luego, no tengo ni Google Maps en el el movil.
Me gusta esta iniciativa... no lo veo como una competición pero me hace sentirme identificado de estar en el camino correcto. Tal vez sea vanidad pero, si nuestros abuelos sobrevivieron en condiciones tecnológicas bajas; me divierte intentar replicar su entorno sabiendo que siempre tenemos a mano la red de seguridad de la tecnología....
Un abrazo a todos.
Muy de acuerdo, Armando. Creo que lo interesante es utilizar la tecnología como complemento, no como sustituto. Reservarla para cuando aporta un valor añadido para evitar depender innecesariamente de ella.
Una pequeña incomodidad que practico es la de ir a hacer la compra sin coche. Andando y con el carrito de la compra, con un par de cuestas hasta llegar al súper, no importa que sea verano o invierno, saludos!
Me gusta. Creo que no hay que infravalorar el gran poder de un pequeño hábito repetido en el tiempo.
Kkk
Magda
Excelente comentario soy lector de su contenido desde San Felix Edo Bolivar Venezuela
Mi pequeña incomodidad diaria empieza al levantarme: doy un paseo básico por la casa abriendo ventanas, recogiendo cosas, ordenando un poco, unos minutos de agradecimiento consciente (si no estoy muy consciente, vuelvo atrás y empiezo hasta que lo sienta en el cuerpo, no sólo en la cabeza). Y hacer mi tabla mezcla de ejercicios físicos y energéticos de chikung antes de desayunar. En total más menos una hora de espera antes de degustar el placer de un desayuno sano. ¡¡Nunca había desayunado tan a gusto!!
Qué bueno, Montse. Súper interesante esa relación entre hogar, hábitos y salud.
He pensado por años algo similar. Me hace ruido que evitemos sudar, sangrar, ensuciarnos, como que no es natural. Normalmente hago pequeñas actividades de "incomodidad" pero que en realidad me gustan. Por ejemplo, luego de ir a dejar a mi hija al colegio, devuelvo el auto a mi casa y camino al trabajo, todos los días. Saludos desde Chile!
Qué bueno, Hernán. Me gusta la idea de que la incomodidad no tiene por qué estar reñida con el disfrute...
Muy de acuerdo con este post. La obsesión moderna por el control y la comodidad nos empuja a diseñar edificios y ciudades que nos independizan de la naturaleza. Esto elimina la volatilidad y la incertidumbre de nuestras vidas y, en consecuencia, reduce nuestro rango de confort. El resultado es un ser humano más exigente, pero no más feliz.