La Prisión de Terciopelo: Cómo la Vida Fácil Nos Atrofia
Vives en una 'prisión de terciopelo' sin saberlo. El confort moderno atrofia tus capacidades. Te propongo un experimento para empezar a escapar.
Esta mañana, un repartidor de Glovo me ha adelantado subiendo una cuesta.
Volvía a casa después de entrevistar a Luis del Águila (sí, en domingo) y pedaleaba como un loco para no llegar tarde a la comida. Yo sudaba y resoplaba como un cerdo. Él no. Su bici eléctrica, claramente trucada, zumbaba mientras él miraba el móvil con calma.
Te confieso que me sentí tentado a ganar esa absurda carrera, pero tuve la sensatez de aceptar que él era más eficiente. Más rápido. Más "smart".
...Pero también más débil.
Esa imagen se ha quedado conmigo hasta ahora, que escribo estas líneas. Le pone cara a una idea que me obsesiona desde hace tiempo:
La prisión de terciopelo
Esta es una cárcel comodísima, con barrotes de confort y cadenas de seda. Cadenas que no duelen, pero que nos atan igual.
Vivimos tan cómodos con la calefacción que a 20 grados necesitamos chaqueta.
Tan acostumbrados al aire acondicionado que 30 grados nos parecen el apocalipsis.
Tan habituados a los reels de 60 segundos que un artículo largo nos parece una tortura medieval.
No te confundas. Esto no es un lamento nostálgico. Sabes muy bien que no le tengo nada de apego al estilo de vida de nuestros antepasados.
Pero si que hay una constatación biológica innegable.
Tanta comodidad nos está limitando enormemente.
👉🏼 Cada tecnología que, supuestamente, nos "ayuda" también puede convertirnos en inválidos funcionales si la usamos para sustituir capacidades en lugar de aumentarlas.
Las escaleras mecánicas nos dejan culos flojos.
Sin GPS, nos perdemos en la esquina de casa
Chat GPT amenaza con destruir nuestra capacidad de pensar y escribir.
Y, si, las bicicletas eléctricas nos hacen sedentarios, aunque intentes convencerte de lo contrario.
Eso es lo que hemos perdido con la hipercomodización.
No necesitas una bici eléctrica porque no puedas subir una cuesta (a menos que tengas una limitación física real, claro). La necesitas porque no toleras llegar sudado. Porque has perdido la capacidad de aceptar la incomodidad temporal a cambio de no oler mal.
No te confundas, esto no es estoicismo
A principios de año entrevisté a Víctor Amada y hablamos sobre estoicismo y le comenté esta idea de la prisión de terciopelo, convencido de que era un concepto estoico.
Su respuesta me abrió los ojos:
"No, Oriol", me dijo. "Esto no tiene nada que ver con el estoicismo. Esto es la búsqueda del alto rendimiento humano."
Pero a mi la palabra "alto rendimiento" me chirriaba un poco. Me suena a hiperespecialización. A ser el mejor corredor o el más fuerte o el más brillante en ajedrez… a cosa de sacrificar todo lo demás.
Y lo que yo busco es justo lo contrario.
No quiero ser un especialista de la vida. Quiero escapar de la prisión de terciopelo.
Un Experimento
Tengo una hipótesis: introducir pequeñas dosis de "incomodidad voluntaria" de forma estratégica puede ser el antídoto más potente contra la atrofia de la vida moderna.
Sé que ahora mismo, en plenas vacaciones, esto puede dar una pereza enorme. Pero no hace falta ir a los máximos.
Te propongo un reto compartido. Una exploración conjunta que empezaremos en mi comunidad privada y de la que también quiero hacerte partícipe.
Empiezo yo. Mi pequeña rebelión este mes será no usar Google Maps. En Agosto viajaré bastante y me obligaré a mirar la ruta antes, a recordar, a planificar, a estar presente. A fortalecer la memoria activa en lugar de delegarla en una app.
Ahora te invito a participar.
Quiero que te hagas las siguientes preguntas:
¿En qué te ha debilitado la comodidad?
¿Qué pequeña capacidad sientes que has delegado y quieres recuperar?
¿Qué pequeñas incomodidades voluntarias practicas actualmentepara mantener tu resiliencia?
Deja un comentario y cuéntame cuál será tu pequeña rebelión.
Porque creo que la verdadera salud en el siglo XXI no va de optimizar macros o medir cetonas. Va de ser dueños de nuestras capacidades, no esclavos de nuestras comodidades.
Empecemos a limar los barrotes hoy.
Oriol
PD: Si te da pereza por ser vacaciones, piensa que eso es, precisamente, vivir en la prisión de terciopelo. En septiembre te dará pereza porque irás ajetreado, en octubre por los compromisos y en noviembre porque ya hace frío. El mejor momento para empezar nunca es mañana. Es ahora.
Una pequeña incomodidad que practico es la de ir a hacer la compra sin coche. Andando y con el carrito de la compra, con un par de cuestas hasta llegar al súper, no importa que sea verano o invierno, saludos!
Excelente comentario soy lector de su contenido desde San Felix Edo Bolivar Venezuela